jueves, 10 de abril de 2014

El ser ignorante

Si  crees que el ser humano viene del mono
eres un ignorante

No puedo ver a la pensante y tecnológica humanidad de otro modo, un ser ignorante que habita este mundo con un tormento tan antiguo al más puro estilo griego, el de preguntar eternamente. Pues hasta donde sabemos, si podemos confiar en lo que sabemos, ninguna otra especie en este planeta ignora como lo hacemos nosotros, ningún animal que no sea el homo sapiens (valga la ironía) se ha cuestionado y descubierto tanto como la humanidad en toda su larga historia, millones de años preguntando y lo que hemos logrado apenas es el inicio pues muchos más misterios han salido a la luz.


La palabra ignorancia tiene su raíz en el latín ignorare que significa “no saber”, es decir, el no conocer  algo o saberlo de forma equivocada, la ausencia de un conocimiento para nosotros o para la humanidad entera. Te invito a reflexionar sobre este punto ¿Qué cosas no sabes? ¿Qué misterios desconoces? ¿Qué dudas tienes? Para bien o para mal el ser humano ha evolucionado a tal nivel que nuestros cerebros además de procesas funciones biológicas también procesa funciones psicológicas, emocionales y abstractas como lo son las preguntas. Y me pregunto ¿Cuál fue la primer gran duda de la humanidad?

Para no enredarnos con más signos de interrogación daré mi opinión sobre este tema, pues pienso que la ignorancia es inherente a la raza de humanos pensantes, a los que considero seres ignorantes. ¿Por qué? Pues pienso que la ignorancia se demuestra de dos formas, primero cuando la declaración de lo sabido no corresponde con los códigos, con lo aceptado por la mayoría o cuando rompe las leyes naturales por de mas aceptadas (como decir que el ser humano puede simplemente volar rompiendo las leyes de la gravedad o ser capaz de disolver gotas de aceiten en agua) y segundo cuando se duda de algo y se hace una pregunta, esto es acepta abiertamente la carencia del conocimiento, una laguna mental que se intenta descubrir. Aunque parezca sencillo en realidad es un enorme paso pues muchos nos sentimos aprensivos ante la duda, aceptarnos ignorantes es más complicado que entender las nuevas teorías físicas sobre el origen del universo ya que el ser humano, además de ser ignorante, sufre del verdadero tormento griego del narcisismo. Decir “no se” es muy complicado para muchos, esas áreas donde creemos no hay nada o no sabemos lo que hay nos han llegado a causar miedo. Qué pensarían los colonizadores de América al llega a las tierras caribeñas y encontrar mujeres y hombres que no hablaban su lengua, nuevos y coloridos animales y una nueva y vasta cultura, para estos conquistadores todo era desconocido.

Todos hemos dudado alguna vez en nuestras vidas, las niñas y niños sobretodo son maquinas de desesperar por hacer tantas preguntas, en parte se aceptan ignorantes pero también nos confrontan con nuestra propia ignorancia (a nadie le gusta que un niño nos demuestre que no sabemos), conforme van creciendo van descubriendo y sin embargo nunca dejamos de dudar. Ante esto tenemos tres caminos, todos viables a su estilo, a) dejar pasar la duda y vivir ignorando la respuesta para siempre, no permitir que nos quite el sueño y simplemente olvidarlo sin conflicto, b) darle una respuesta no fundamentada, equivocada o mágica que nos convenza, no será lo correcto pero se cree así y nos da tranquilidad de que tenemos una respuesta, o c) investigar, indagar o experimentar para resolver nuestro cuestionamiento basándonos en evidencia científica y certera o argumentos sólidos, es decir buscar la verdad (incluso si esa verdad es filosófica, no habrá evidencia científica pero si argumental). No todas las preguntas pueden llegar a ser contestadas pues hay misterios que requieren más de una vida para ser revelados. El conocimiento, más que el descubrimiento de la verdad, es el encuentro con muchas más dudas que nos muestran que mientras más sabemos más ignoramos.

Todos hemos enviado nuestras dudas a todos los caminos, no existe ser humano (ser ignorante) que no se haya hecho una pregunta poco trascendental que pronto se olvida, o sacado conclusiones apresuradas de alguna cuestión sin importar su comprobación o que haya buscado la verdad en el descubrimiento científico o filosófico. Sin importar la profesión muchas veces dejamos pasar dudas o se las atribuimos a algún poder celestial pero las que logran ser tan fuertes y generar un impacto poderoso se envían al escrutinio y estas dudas son las que llegan a trascender en nosotros así como en la humanidad.

Todas las grandes ideas, las teorías más descriptivas y amplias, los inventos más novedosos y todo lo que nos lleva a una mejor comprensión de nuestro mundo y el universo comenzaron con una duda, con la manifestación del  no  saber, así las ideas, teorías, inventos y comprensión vienen de la ignorancia. Que grandes ignorantes son aquellos maestros de las ciencias y humanidades que estudian tantos fenómenos y desarrollan teorías plasmadas en una extensa bibliografía con su nombre, si una persona logra escribir un gordo libro sobre un tema solo puedo ver lo ignorante que era referente al mismo y como no ha logrado dejar de serlo por completo.

La ignorancia en la que vivimos, la duda que tenemos de ciertos temas y sobre todo la voluntad de responderlas nos ha llevado al descubrimiento de un vasto conocimiento, los grandes hombres de ciencia son ignorantes, pues han demostrado que tienen duda y a raíz de esta fue que iniciaron su camino que no ha terminado pues en su estudio dejan muchas más preguntas a generaciones posteriores, parecería que sólo hacen más grande la duda que el saber, de nuevo al más puro estilo de una tragedia griega. Y mientras más dudas tenemos más vamos comprendiendo. El gastado ejemplo del iceberg logra ejemplificar muy bien lo que logramos al descubrir un misterio, apenas miramos la superficie sin lograr si quiera imaginarnos que tan profundo puede llegar a ser.

Debemos asumirnos como seres ignorantes en esta vida pues no lo sabemos todo, aceptar nuestra carencia de cierto conocimiento y admitir lo que no llegaremos a comprender todavía. Odio la arrogancia científica que pretende explicar todo como si en ese todo no cupieran preguntas ni cuestionamientos y me he dado cuenta que este todo es uno parcialmente desconocido, gota a gota, piedra a piedra se va entendiendo el mar y la playa.

Asumámonos como seres ignorantes, sólo así lograremos la comprensión de muchas cosas. No hay nada más enriquecedor que la sensación del descubrimiento aunque a la larga resulta ser el descubrimiento de muchas más dudas, pero con cada nuevo enigma resuelto nos preparamos para el siguiente, las interrogantes de hoy serán el arma de las generaciones futuras.

Aquí les digo que soy un ignorante iniciando un viaje de conocimiento, busco la verdad… si es que existe.


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