jueves, 8 de mayo de 2014

¿Por qué nos mareamos durante y después de un sismo?

El pasado 8 de mayo de 2014 alrededor de las 12:00 horas en la ciudad de México se registró un sismo de 6.4 grados en la escala de Richter con epicentro en Tecpan, Guerrero,  que no provocó más que sustos, crisis nerviosas, bardas rotas y desde luego este interesante fenómeno de mareo en algunas personas. Es común escuchar que la gente expresa su experiencia frente a un sismo como si se marearan, acto seguido se percata que se trata de un temblor y sus reacciones se enfocarán a la supervivencia. Pero ¿por qué ocurre esto?

Primero que nada debemos recordar que el mundo exterior es percibido por nuestros sentidos e interpretado en el cerebro, así los receptores de presión y temperatura de la piel mandan una señal eléctrica a través de las neuronas a nuestro cerebro y esté decidirá si es una sensación agradable o dolorosa, del mimo modo las moléculas de aroma disparan impulsos hacia nuestro cerebro el cual, además de decidir si nos gusta o no, podría evocar recuerdos o sentimientos asociados con este olor. Lo mismo pasa con el ojo y el oído los cuales reciben estímulos diferentes y se interpretan en zonas distintas de nuestro cerebro, pero si los ponemos a trabajar juntos descubriremos que tenemos otro sentido que nos ha acompañado a lo largo de nuestras vidas y que es tan común que a veces lo olvidamos, nuestro equilibrio.

Todos los animales poseemos este sentido el cual nos ayuda a caminar, correr o trepar sin caernos. El centro del equilibrio se encuentra principalmente en el oído interno en el órgano vestibular, el cual se conforma de unas estructuras llamadas sáculo y utrículo que están llenas de un líquido gelatinoso llamados endolinfa que cubre terminales nerviosas en las paredes de estas cavidades y hacen flotar piedrecillas de carbonato de calcio (llamadas otolitos). Cuando nuestra cabeza cambia de posición los otolitos se desplazan por la acción de la gravedad y estimulan las terminales nerviosas que llegan a la corteza cerebral y son interpretadas para saber en qué posición se encuentra nuestra cabeza con respecto al suelo, información importante si estamos cayendo a causa de un accidente o deliberadamente para atajar o cachar un balón.



En la parte superior del utrículo se extienden los canales semicirculares que se orientan en tres planos espaciales diferentes, estos ductos (también llenos de endolinfa y terminales nerviosas) nos ayudan a mantener el equilibrio estático (estando de pié) en los ejes x, y, z.

En cuanto a la vista percibimos imágenes porque la luz estimula los conos y bastones en nuestra retina, la cual lleva la información al lóbulo occipital donde de nuevo se interpreta, determinando el color, la distancia, si es un objeto moviéndose o estático y si representa un peligro para nosotros o no. Nuestra visión complementa el sentido del equilibrio dado por el oído interno ya que nos ayuda a comprender el entorno en el que estamos.


Intenta esto: Párate en un solo pie y trata de no caerte durante diez segundos, seguramente será sencillo si gozas de buena salud y un gran equilibrio. Ahora haz lo mismo pero esta vez con los ojos cerrados. Lo más seguro es que te costara más trabajo o incluso perdieras el equilibrio, esto ocurre porque si bien la información de nuestro oído nos ayuda a comprender en qué posición nos encontramos haciendo las adecuaciones necesarias para no caer también necesitamos de puntos de visión para comprender nuestro espacio. Es bien sabido que lo que vemos mientras caminamos, corremos o saltamos nos ayuda a percibir mejor nuestro mundo y, complementando la información del oído interno, podemos movernos con gracias evitando muchas heridas y vergüenzas

¿Qué pasa en un sismo?
Movimiento. Todo se resume en una confusión a causa del movimiento. En un sismo nosotros nos movemos con nuestro entorno, lo que estimula las terminales nerviosas del órgano vestibular, esto es interpretado como movimiento por el cerebro. Sin embargo nuestros ojos reciben estímulos de objetos aparentemente estáticos (paredes, escritorios, suelo etc.), al movernos nosotros con ellos no detectamos desplazamiento con nuestra vista a menos que usemos como referencia un objeto movible (agua en un vaso, un cuadro en la pared, lámparas o demás objetos colgando). Es decir, nuestro oído le dice al cerebro que nos movemos, pero nuestros ojos dicen que no es así, lo que genera una confusión que se siente como un mareo.

Un efecto similar pero contrario ocurre en un túnel giratorio (como el de la torre latinoamericana o el museo de Ripley en México DF) donde nuestros ojos informan que nos movemos pero nuestro oído dice que estamos estáticos, lo que provoca un ajuste de nuestro cuerpo con el fin de no caernos, pero como no existe este peligro la adecuación resulta ser la causa misma de perder el equilibrio.



¿Por qué se siente como si siguiere temblando después de que terminó?
Si bien la información llega a ser confusa para el cerebro hay un punto en el que sabe lo que ocurre, ya sea por fijar la vista en un objeto moviéndose, memoria de experiencias pasadas, imitación social o alarmas externas entendemos que estamos en una situación de peligro, esto activa un impulso de supervivencia que genera diferentes cambios fisiológicos, uno de ellos el aumento de adrenalina la cual provoca, entre otras cosas, el aumento de percepción en diferentes sentidos. Así somos susceptibles a sentir las replicas por muy pequeñas que sean manteniéndonos preparados para una nueva huida.

También podría explicarse por la presencia de una especie de estrés postraumático temporal que hace sentir ansiedad de repetir un evento como ese, además de venir acompañado de pensamiento catastrófico, nerviosismo y taquicardia.

Cabe mencionar que estas reacciones son normales y no hay razón para preocuparse, el único peligro lo representa el sismo mas no el mareo o sensación posterior de que todo aún se mueve, normalmente desaparece con el paso de las horas pero si continúa la sensación es recomendable acudir con un médico.

Todo esto es un ejemplo más de cómo podemos equivocarnos al tratar de comprender el mundo, pues nuestro cerebro recibe mucha información para entender algo que consideramos muy sencillo, aunque muchas veces esa información es contradictoria y muy difícil de interpretar lo que genera una falla perceptual. A todo momento nuestro cerebro nos engaña, así que pregúntense ¿En qué más me ha engañado mi cerebro?

Las lineas parecen inclinadas
pero no lo están, usa una regla

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2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias, actualmente hay mas entradas, te invito a que navegues por mi blog a ver si hay algún otro tema que te interese. Agradezco el comentario, buen día

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